Para una correcta aplicación del rubor es fundamental el color y la textura es por ello que necesitamos tomar en cuenta el tipo de brocha o en este caso el grosor de la misma.

El blush tiene como función primordial darle color a las mejillas con la idea de crear una simulación de ruborizado, con el tiempo la edad va cumpliendo su función y genera que nuestra capacidad de sonrojado vaya disminuyendo y de esa forma se pierde nuestro color natural, es por ello que es fundamental para nosotras saber el cómo implementar el blush en nuestro maquillaje.

Comenzaremos hablando un poco de los tres puntos más importantes para llevar a cabo este efecto de ruborizado en nuestro maquillaje los cuales son: La textura, el color y el tipo de brocha.

Color: es muy importante tomar nota de este punto ya que el color que debemos usar viene de la mano con la tonalidad de nuestra piel.

En ese caso si tu piel es algo pálida te recomendamos usar tonalidades rosadas, si tu piel es morena inclínate más hacia los colores con tonalidad morados como pueden ser berries o ciruela y si tu piel es aceitunada (entre tonos verdosos y amarillos) es ideal incluir tonos bronces y duraznos.

Textura: en cuanto a las texturas estas se toma en cuenta por el tipo de piel depende de la época en la que te encuentres. Si eres de piel grasa o con imperfecciones te recomendamos utilizar blush en polvos estos te brindaran una mayor duración en tu piel son ideales para épocas de invierno debido a su pigmentación.

La textura cremosa o de mouse son totalmente translúcidos lo cual permite su correcta aplicación incluso estos se pueden ver más naturales que los polvos.

Tips: Si no usas a la perfección la textura cremosa puedes generar una plasta sobre tu cara.

La bocha: Re recomendamos trabajar con la brocha gorda y peluda, está diseñada específicamente para la base en polvo lo cual impide recoger tanto maquillaje que se necesita para las mejillas.